Vía Crucis de la Hermandad de Vera-Cruz

 



El próximo viernes, nuestra hermandad celebrará el ejercicio del Vía Crucis por las calles de nuestra feligresía.

El mismo tomará el siguiente itinerario: Plaza del Santo Cristo, Santo Cristo, Botica, Gravina, Ramón y Cajal, Hormaza, Plaza de Jesús Nazareno, Larga, San José, Botica, Santo Cristo y Plaza del Santo Cristo.

Para la ocasión la imagen del Señor estrena un nuevo "velo de tinieblas" que pende de su cruz.




El nuevo atributo se encuentra cargado de significado y viene, a consolidar la estética y sello propio, que ha ido adquiriendo nuestra Cofradía en los últimos años.

El atributo ha sido realizado sobre terciopelo negro rematado con galón dorado y sobre él se sitúan el sol, la luna y las estrellas, realizadas en metal repujado y cincelado, por Juan Manuel Jurado y Óscar Torres.

La simbología del sol y la luna dentro de este “velo de tinieblas” está relacionada con el momento de la muerte de Jesús cuando el cielo se envolvió de tenebrismo. La noche se hizo más oscura, desapareciendo todo rayo de luz que el sol pudiera proporcionar. Este hecho es profetizado en el Antiguo Testamento, donde se lee en Amós, capítulo 8, versículo 9: “Aquel día, dice el Señor Yavhé, haré que se ponga el sol al mediodía, y en pleno día tenderé tinieblas sobre la tierra”. Así, se representa ese instante donde la oscuridad se apoderó de este hecho. También, existen referencias en el Nuevo Testamento sobre este extraordinario suceso climatológico, viendo en el evangelio de San Mateo esta cita: “…así será la venida del Hijo de hombre (…) después de la tribulación de aquellos días, se oscurecerá el sol y la luna no dará su luz…”.

Tanto la luna como el sol, son un reflejo de las Santas Escrituras plasmadas en dicho velo. La luna tiene que tomar la luz del propio sol para brillar de forma radiante, es por eso que se asemeja a la iluminación divina que el Nuevo Testamento contempla en sus escritos por ser los textos sagrados donde se describe la vida y Pasión del Hijo de Dios. El alfa y el omega de los astros, de la vida y del transcurrir de toda la cristiandad están en Cristo muerto, que se glorifica con la Resurrección.

Este simboliza el velo del templo que separaba a Dios de la humanidad por causa de nuestros pecados y que se rasgó en dos en el momento en que Cristo muere y entrega su espíritu, abriendo la puerta a nuestra salvación. El velo de las tinieblas que se apoderaron del mundo desde las 6 hasta las 9 cuando Cristo estaba a punto de morir. «Era ya eso de mediodía y vinieron las tinieblas sobre toda la región hasta la media tarde; porque se oscureció el sol. El velo del templo se rasgó por medio. Y Jesús, clamando con voz potente, dijo: «Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu». Y dicho esto, expiró.» (Lc, 23, 44-46).

Esta prenda viene a completar así la iconografía de Cristo muerto sobre la cruz y lucirá en los cultos internos de la Hermandad. Es un motivo característico de la iconografía medieval que comúnmente ha representado a los astros con facciones antropomórficas.


Fuente: Vera-Cruz Chiclana